En los primeros momentos como cuidadores, pocas personas están realmente preparadas para afrontar las responsabilidades y dificultades asociadas a la situación de cuidar a una persona mayor dependiente. Por ello es siempre recomendable que, en la medida de lo posible, las personas que van a cuidar a un familiar mayor elaboren un plan de acción para ejercer el cuidado y que no se vuelva algo negativo. Hay muchos aspectos que los cuidadores deberían tener en cuenta antes de empezar a ejercer el cuidado, y así evitar conflictos o situaciones difíciles en un futuro próximo, bien sea problemas familiares ó con la persona que recibe el cuidado.
A continuación detallamos algunos de esos aspectos a tener en cuenta y consejos para afrontarlos.
Reparto de responsabilidades
El cuidado de una persona mayor implica muchas tareas y responsabilidades, así mucho tiempo y esfuerzo, circunstancias que hacen difícil que dicha situación pueda ser asumida sin problemas por una sola persona. En las ocasiones en que todas las responsabilidades del cuidado recaen sobre la misma persona es muy frecuente encontrar múltiples consecuencias negativas en la vida del cuidador debido a la «sobrecarga» que supone para ella hacer frente sola tanto a las demandas del cuidado de la persona mayor como a las asociadas a su propia vida familiar.
Para evitar estas situaciones, es recomendable que, desde un principio, se clarifique quién va a participar en el cuidado de la persona mayor y cómo se van a distribuir las funciones y responsabilidades del cuidado. Para ello es importante elaborar reuniones familiares para hablar el tema abierta y claramente. Las reuniones familiares sirven para:- Crear una situación adecuada para hablar abiertamente sobre las necesidades derivadas del cuidado y acordar qué puede hacer cada miembro de la familia para contribuir en él. Dejando claro hasta qué punto se va a comprometer cada miembro de la familia en el cuidado, esto evitará conflictos y resentimientos futuros entre los miembros de la familia.- Constituyen una forma eficaz de elaborar, mediante la colaboración de toda la familia, un plan de ayuda en el que se vea con claridad qué personas van a participar en el cuidado, qué tareas va a realizar cada uno, etc.Temas a tratar en las reuniones familiares |
– ¿Qué personas están dispuestas a participar en el cuidado? ¿Hasta qué grado de compromiso puede llegar cada familiar, teniendo en cuenta sus circunstancias? ¿Qué limitaciones tiene cada miembro de la familia para la prestación de la ayuda?- ¿Quién se va a ocupar de qué? ¿Qué tareas serán llevadas a cabo por quién? ¿En qué días? |
La pareja y los hijos del cuidador
Participar en el cuidado de una persona mayor supone cambios en la vida cotidiana, fundamentalmente debido a que gran parte del tiempo y del esfuerzo que la persona podía dedicar antes a su vida y relaciones familiares personales se dirige ahora hacia el familiar al que se cuida. Es recomendable que los cuidadores prevean estos cambios y hablen de ellos con las personas sobre las que, de alguna manera, van a afectar, así como:
– Reservar tiempo para realizar actividades con la pareja.
– Hacer partícipe a la pareja de toda decisión relacionada con el cuidado que pueda afectarle.
– Explicar a los hijos la situación con tranquilidad y sinceridad.
– Preguntarles cómo se sienten en relación a los cambios que van surgiendo en la vida familiar en relación con la situación del cuidado del mayor.
– Si la ayuda a la persona mayor se proporciona en casa y si los hijos están dispuestos a colaborar, es recomendable hacer un reparto de las responsabilidades y tareas caseras.
– Hacerles partícipes de toda decisión relacionada con el cuidado que pueda afectarles.
Las relaciones sociales
Las demandas del cuidado pueden hacer que los cuidadores vean reducido considerablemente su tiempo de ocio. Como consecuencia, es posible que las relaciones significativas con familiares y amigos disminuyan tanto en cantidad como en calidad, y que la persona vaya aislándose progresivamente.
Teniendo en cuenta que mantener relaciones sociales positivas contribuye a mejorar la calidad de vida de las personas al proporcionarles experiencias agradables y potenciar su bienestar y estabilidad emocional es aconsejable que los cuidadores sean conscientes de que es fundamental mantener las relaciones sociales que les hacen sentir bien y se esfuercen por mantener, a lo largo del período en el que se prolongue el cuidado, los contactos sociales significativos con familiares y amigos con los que puedan reír y pasar buenos ratos o llorar y desahogarse de sus tensiones.
En el caso de que ya se haya producido la pérdida de los contactos sociales, sería recomendable que la persona que cuida creara nuevos vínculos, nuevas relaciones positivas o amistades con las que poder compartir experiencias positivas que potencien su bienestar y aligeren su carga.
Las necesidades personales
Es frecuente que los cuidadores, si no ponen los medios necesarios para impedirlo, «se olviden de sí mismos». El estar centrados durante un largo tiempo en las necesidades de la persona a la que cuidan puede hacer que se olviden de sus propios intereses y necesidades. Por ello es importante planificar un día a la semana para sí mismo, buscar alguna hora al día para pasear ó disfrutar de un respiro.
Es importante que el cuidador no se sienta solo y que busque apoyo en otras personas que estén en la misma situación, para ello puedo contactar con alguna asociación donde poder comentar temas relacionados con el cuidado.